domingo, 1 de abril de 2012

Imágenes Tradicionales de Semana Santa

        “LA SOLEDAD” NO ESTÁ SOLA EL VIERNES SANTO

     En estas fechas, las Cofradías de Almería trabajan concienzudamente para que sus pasos salgan a la calle con el máximo esplendor y solemnidad que la han hecho merecedora de ser declarada  de Interés Turístico. Todo un año trabajando  para que las imágenes y los tronos brillen en su recorrido por las calles de Almería al clamor de las saetas, acompañadas durante todo el recorrido del fervor popular.

   
         Una de las Cofradías de mayor tradición en Almería y la más antigua, es la popularmente llamada “La Soledad”.

  
   La fundación de la Cofradía de La Soledad, data de 1768, estableciéndose en 1773 en la Parroquia de Santiago , en tiempos del Obispo Sanz y Torres. Siendo su fundación definitiva en el año 1786.
    La imagen de la Virgen,  “Nuestra Señora de Los Dolores”, y titular de la Cofradía, era una imagen de vestir. Los señores de Barbarín en 1835, le regalaron un manto de terciopelo negro bordado en hilo de oro, con tres esmeraldas prendidas, que fue restaurado en 1925 por las Madres Adoratrices de Almería. También los marqueses de Torre Alta, regalaron a la imagen de la Virgen, en 1856, la magnífica diadema de oro.

La imagen lamentablemente fué destruida en la Guerra Civil. Sin embargo, tanto el manto como la diadema, fueron las únicas joyas que se salvaron tras la desaparición de la imagen en la Guerra Civil. Constituyendo para la cofradía por esta circunstancia, un conmensurable valor sentimental. Estas  únicas joyas que se salvaron, siguen procesionando en la actualidad con el paso de la Virgen, para orgullo de sus cofrades y disfrute de los ciudadanos y  visitantes que eligen Almería para pasar los días de la Semana Santa.

    La imagen, estaba atribuida por algunos autores al imaginero murciano Francisco Salcillo, y para otros al insigne escultor de la escuela granadina José de Mora, pero según las características estilísticas de los tipos de dolorosas de ambos autores,  encaja más en los modelos de Dolorosas realizados por el autor granadino, José de Mora, que  los del autor murciano. 

    La Virgen ,  poseía un bello rostro dolorido, transmitiendo un dolor hondo y amargo exteriorizado con lágrimas. A través de su cara amarillenta y llorosa, de sus tristes ojos y boca de amargura, quedaban plasmados los “Dolores” de una “Madre”, tras sepultar a su “Hijo”.

     La imagen, que se encontraba en un total recogimiento interior, con las manos torneadas y rostro ovalado abatido por un dolor callado en sus ojos, la cabeza levemente inclinada hacia un lado, cejas en leve curvatura y mirada baja, dejaba vislumbrar una bella obra y sin lugar a dudas una de las imágenes más sobresalientes de la Semana Santa Almeriense.

    Con la destrucción de la imagen en la Guerra Civil, la Semana Santa, quedó privada de uno de las Vírgenes más bellas y devocionales que conformaban los desfiles procesionales. La Virgen posteriormente, se reconstruirá, siguiendo el modelo antiguo, por el escultor madrileño José Ortells en 1940, para seguir brillando por las calles de Almería.

     La Soledad, está situada en una de las iglesias  más antiguas y de mayor riqueza histórico-artística que posee la ciudad: la iglesia de Santiago, declarada en 1931 Monumento Histórico-Artístico Nacional. Datada de mediados  del siglo XVI,  forma parte de las iglesias que se empezaron a construir durante el período de cristianización experimentado en la ciudad, tras la toma  por los Reyes Católicos en 1489. Anterior a la iglesia existía la ermita de Santa Lucía, y cuando se empezó a edificar el templo, la portada de dicha ermita quedó integrada en el  mismo, formando parte de una de las capillas más sobresalientes de Santiago, por su exquisita y artística decoración renacentista.  Es precisamente en esta capilla de Santa Lucía donde luce durante todo el año la imagen de “La Soledad”, con su fina y bella fisonomía, esperando ese día grande del Viernes Santo para salir a la calle y  ser vitoreada por todos los almerienses y visitantes durante su recorrido por las calles del centro histórico de la ciudad. Las saetas, durante su desfile procesional, se repiten sin cesar vibrando en la noche, acompañando  la Soledad y Tristeza de la Virgen.

    El Paso de la Dolorosa, va a acompañado con otro Paso de reciente creación.  Es el perteneciente al monumental  conjunto de San Juan Evangelista, que representa a San Juan  acompañado de Nicodemo y Las Santas Mujeres, tras enterrar a Cristo.

 La Cofradía más antigua de la ciudad, espera con ansiada ilusión la salida de “La Soledad” del  templo de Santiago cada Viernes Santo, al clamor de las saetas.  Su paso por las calles estrechas y típicas del centro histórico con total devoción y recogimiento, hacen que está Procesión, sea una de las preferidas y más esperadas por los almerienses en Semana Santa, como así ha sido desde su creación allá por el siglo XVIII.

ESPEREMOS QUE EL TIEMPO DEJE DESFILAR A LA SOLEDAD POR ALMERÍA ARROPADA POR SUS FIELES.


María Isabel García Sánchez. Licenciada en Historia del Arte